Países árabes como Egipto, Jordania, Baréin, Omán y Arabia Saudí advirtieron este sábado de la peligrosa escalada de violencia entre las partes palestina e israelí tras el asesinato anoche de siete israelíes a la salida de una sinagoga en Jerusalén este ocupado, un día después de la incursión israelí que acabó con la vida de nueve palestinos en el campo de refugiados de Yenín, al norte de Cisjordania.
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En un comunicado emitido hoy por el Ministerio de Exteriores, la República Árabe de Egipto advirtió "sobre los graves peligros de la escalada en curso entre las partes palestina e israelí", y pidió "el ejercicio de la máxima moderación y el fin de la agresión y las medidas de provocación".
Egipto quiere evitar caer en un "círculo vicioso de violencia" que empeora la situación política y social así como humanitaria y socava los "esfuerzos serenos y todas las posibilidades de reactivar el proceso de paz".
Jordania se manifestó en esta misma línea a través de su Ministerio de Relaciones Exteriores y Expatriados, el cual emitió hoy un comunicado en el que subrayó "la necesidad de tomar medidas urgentes y efectivas para detener el peligroso y condenado estado de escalada que se cobró la vida de civiles palestinos e israelíes".
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El portavoz oficial del ministerio jordano, el embajador Sinan Majali, enfatizó la necesidad de una "acción inmediata" para evitar que empeore la escalada de violencia e intensificar "los esfuerzos para restablecer la calma y detener todas las medidas unilaterales y de provocación que impulsan una mayor escalada y tensión".
También el Ministerio de Exteriores de Baréin destacó en una nota la necesidad de tomar "medidas urgentes y efectivas" para detener "la peligrosa y condenable escalada que cobró la vida de civiles palestinos e israelíes".
El Ministerio bareiní renovó su firme postura de rechazo "a los actos de violencia y terrorismo en todas sus formas y manifestaciones", hizo un llamamiento a la no escalada, pidió brindar protección a los civiles y crear "el ambiente propicio para reactivar el justo y amplio proceso de paz en Medio Oriente".
El Sultanato de Omán se sumó a este rechazo de "todas las formas de violencia y el terrorismo que tiene como objetivo a los civiles" y en un comunicado, el Ministerio de Exteriores omaní instó a la comunidad internacional "a asumir sus responsabilidades para detener la peligrosa escalada en los territorios palestinos ocupados, en la que civiles palestinos e israelíes se han cobrado la vida".
Omán recalcó la necesidad de "lograr una paz justa y amplia" y de "apoyar los derechos legítimos del pueblo palestino para establecer su estado independiente en las fronteras de 1967 con Jerusalén Este como su capital de acuerdo con la solución de dos estados".
Además, el Ministerio de Exteriores de Arabia Saudí lamentó en una nota "todos los ataques contra civiles" y alertó de que "la situación entre palestinos e israelíes se está deslizando hacia una escalada más peligrosa", por lo que reiteró la necesidad de detener la escalada, reactivar el proceso de paz y poner fin a la ocupación.